Paola Cristobal
Había una vez, una niña llamada Beatrice que vivía en un bonito chalet con sus padres y su perro Bob.
Beatrice era una niña de 10 años, muy guapa, pelirroja, ojos verdes, y labios rojos como el carmín. Tenía muchos amigos y era muy estudiosa.
Desde este punto de vista Beatrice parecía una niña perfecta, sin ningún defecto, nada malo. Pero un día eso cambió.
Un día por la mañana, como siempre, Beatrice se prepara para ir a la escuela. Se ducha, se viste, desayuna, se peina y se va. Pero ese día fue diferente, pues al peinarse, Beatrice descubrió un pequeño animal que recorría su cabeza. Al verlo, pegó un grito que retumbó por toda la casa. Su madre, al oír el grito fue corriendo hasta donde estaba su hija. Beatrice le contó el problema a su madre y ella le dijo que lo resolverían entre las dos cuando volviera del colegio.
Después del colegio, Beatrice fue corriendo a su casa para buscar en Internet como combatir los piojos. Encontró un montón de cosas super disparatadas como: lavarse el pelo con champú de cebollas, comer muchos ajos, lavarse el pelo con zumo de frutas… Intentó todas esas soluciones pero todas fracasaron. Mientras tanto, Pepe el piojo...
se burlaba de Beatrice cada día. Siempre la avergonzaba delante de alguien. Un día Beatrice, harta ya de disputas, cogió a Pepe el piojo sin que él se enterara y lo tiró a la basura de su cocina. Más tarde, Ana, la madre de Beatrice fue a tirar la basura a los grandes contenedores de la calle.
Cuando Pepe el piojo se despertó, descubrió que no estaba entre los suaves y rojos cabellos de Beatrice. Al principio, pensó que ere una broma de su “amiga” Beatrice. Pero luego se dio cuenta de que no.
Decidió trepar por las paredes de alguna tienda para saltar sobre alguien cuando pasara. Primero, saltó a la cabeza de un hombre pero a Pepe el piojo no le gustó, pues tenía el pelo muy sucio y casposo. Mucho más tarde, aterrizó sobre el suave y bonito pelo de una hermosa mujer. Pero un minuto más tarde, la joven sacó un peine de su bolso y con él peinó su bonito pelo. El peine tenía las púas tan cerradas que Pepe el piojo cayó a la orilla de una fuente. Cuando se recuperó del golpe, pensó que tenía el mayor problema que nadie hubiera tenido nunca, estaba muy enfadado, a punto de explotar de rabia. Para tranquilizarse un poco, decidió sentarse en la orilla de la fuente con las patitas colgando. Vio a la gente pasar y se dio cuenta que había gente que tenía muchos más problemas: gente que peleaba, gente que lloraba por ser despedida...
Pepe el piojo pensó que vivir en la cabeza de alguien que tenía problemas, sería malo para él.
Se hacía de noche y Pepe el piojo tuvo que improvisar para no morir durante la noche. Cogió una hoja que se había caído de un árbol, la puso sobre el agua y él se montó encima. Parecía un barco.
Y así, cada día, Pepe el piojo se las ingeniaba para sobrevivir en la calle, pues él prefería vivir así antes que vivir en la cabeza de alguna persona.
Fin…